Carmen Long nació en Santiago, trabajó en una agencia de publicidad y llegó a Sudáfrica por amor. Sin experiencia previa en navegación ni rescate marítimo, su vocación de ayuda la llevó a integrarse al National Sea Rescue Institute (NSRI) hace 14 años, donde hoy lidera operaciones de emergencia que incluyen rescates médicos, evacuaciones en helicóptero y salvatajes de embarcaciones en condiciones extremas, muchas veces de noche y con oleaje de hasta seis metros.
“Cada rescate deja una marca”, asegura. Y aunque nunca imaginó este camino, hoy su historia refleja el espíritu de adaptarse, construir hogar lejos de Chile y abrir camino donde antes no lo había.
¿Cómo llegaste a vivir en Sudáfrica?
Nací en Santiago y trabajé varios años en una agencia de publicidad. Llegué por amor: me casé con un sudafricano que conocí en Chile. Él había vivido nueve años allá, así que dimos el salto y nos instalamos definitivamente.
¿Cómo nació tu interés por el mar y las labores de rescate?
Siempre me gustó el mar, pero nunca imaginé trabajar en algo relacionado con rescate.
¿Qué te motivó a ingresar al National Sea Rescue Institute (NSRI)?
Un amigo que conocí estaba involucrado en la base de rescate donde vivía. Como siempre tuve ganas de ayudar a personas en dificultades, le comenté que me interesaba participar. La verdad es que no tenía mucha idea de lo que significaba el rescate marítimo, pero fui invitada a una reunión general de la base y quedé encantada con la energía, compromiso y carisma del equipo. No lo pensé dos veces y me enrolé de inmediato.
¿En qué consiste responder a emergencias en la costa sudafricana?
Tenemos que estar preparados para emergencias médicas y para rescatar o asistir embarcaciones. Las emergencias médicas pueden ir desde ataques al corazón y accidentes graves, hasta tripulantes enfermos que necesitan volver a tierra. Dependiendo del caso, llevamos un paramédico calificado o brindamos atención en el lugar, trasladamos al paciente a nuestro bote y regresamos al puerto, donde generalmente una ambulancia está esperando.
En algunas situaciones, la evacuación debe hacerse en helicóptero, algo para lo que también entrenamos. Y cuando una embarcación tiene fallas mecánicas, la remolcamos de regreso al puerto.
¿Cómo se preparan para llevar a cabo esos desafíos?
Para poder hacer todo esto, realizamos cursos de paramedicina, navegación, extracción de pacientes desde otras naves, combate de incendios, operaciones con helicópteros y maniobras de remolque. Entrenamos dos veces por semana, de día y de noche. En nuestra base hay cuatro grupos que están de turno 24/7 por una semana. Yo soy comandante de uno de esos grupos, lo que significa que estoy a cargo de la tripulación y de las decisiones cuando respondemos a una emergencia, a cualquier hora.
¿Cuanto tiempo llevas en esta actividad?
Ingresé a la base hace 14 años. Fui segunda comandante y actualmente capitana del bote más grande de la flota. En una operación, soy responsable de mi tripulación y de las personas que necesitan ayuda. Además, fui la primera mujer en obtener el rango de Class 1 Coxswain en el país en los 50 años de historia del instituto. Hoy ya somos cuatro mujeres con ese rango.
¿Recuerdas algún rescate que haya marcado tu carrera?
Todos los rescates tienen riesgos y son desafiantes. A veces no por la complejidad técnica, sino por el clima: tormentas, olas de cuatro a seis metros, operaciones nocturnas. Otras veces, el desafío es llegar a tiempo para salvar una vida y no siempre se logra. Cada rescate deja una marca. El último rescate grande que lideré comenzó al atardecer y duró nueve horas y media. Salimos a las 18:30 y regresamos a las 03:30 de la madrugada. El mar estaba muy bravo y casi toda mi tripulación terminó muy mareada. Además, uno de ellos sufrió un accidente en la mano. Aun así, tuve que mantener el control de la situación y prepararme para una maniobra muy técnica al llegar al puerto. Lo logramos, y cuando llegamos, un padre y su hijo pudieron reunirse con su familia, que los esperaba en el muelle. Ese momento lo vale todo.
Cuando vivías en Chile, ¿imaginaste alguna vez que serías capitana de rescate en Sudáfrica?
¡No, nunca! Si alguien me lo hubiera dicho, no lo habría creído. Cuando empecé, no tenía idea de navegación ni de botes, y menos en inglés. Conocía algunos términos en español, pero hablar por radio fue todo un desafío, sobre todo por mi acento. Al principio me daba mucha vergüenza, pero ya no.
¿Qué significa para ti vivir en otro país?
Chile es un país increíble y precioso. Ningún otro país es realmente “mejor”: todos tienen cosas buenas y problemas. Si alguien quiere vivir fuera, a mí me ayudó mucho cambiar el switch y asumir que el hogar está acá, no “de vuelta en Chile”. Establecer rutinas lo antes posible, tener doctores, redes, e involucrarse en actividades y con personas distintas. No tiene que ser algo tan extremo como rescate en el mar, pero sí es clave construir un grupo de apoyo. La vida tiene altos y bajos, y en los momentos difíciles, los amigos hacen una diferencia enorme para no sentirse solo.
